Cuenta la leyenda que las auroras boreales son el fruto del amor de la diosa Aurora y el dios Boreas, que estaban tan enamorados que plasmaron su amor en el cielo. Las agencias pueden vender vacaciones y viajes, pero hay momentos que el dinero no puede comprar. Son las dos de la madrugada. Marta y yo estamos en Tromso (Noruega). De pronto, ahí aparece. No doy crédito a lo que están viendo mis ojos… Por la tarde el cielo se coloreó de tonos rosados, naranjas y violetas. Pero ahora mismo el cielo es una gama natural de colores infinitos. Mi mente deja de funcionar... Mi corazón late fuertemente. Sé que Marta siempre me dijo que si algún día le pedía matrimonio le gustaría que fuese en una playa, al atardecer. Pero en este momento mis sentimientos no pueden controlarse ante tanta belleza, a mi lado y en el cielo. La miro. Está estupefacta. Es la mujer de mi vida. Espero que me perdone… ¡Marta! ¿Quieres casarte conmigo?
Laura Romero Fidalgo (Madrid, España). I Concurso de Microrrelatos Bidtobid.