El Viaje de Carlos
Faltaban dos semanas para celebrar el esperado ascenso laboral del Padre del pequeño Carlos y la emoción no le cabía en el pecho. Esa noche, durante la cena, hablarían de vacaciones y viajes anteriores, esperando conocer la opinión de cada uno y elegir un nuevo destino para los seis miembros de la familia, incluyendo a la pequeña Chiqui, la poodle blanca consentida por todos.
-¿Quién decidiría el destino de éste viaje? ¿Papá, Mamá, el Abuelo?- Se preguntaba Carlos, mientras recorría mentalmente diversos parajes, entre montañas, ríos y playas. –no importa el lugar, lo importante es estar juntos- decía para sí mismo el inquieto niño de ocho años, a quien el simple hecho de hacer maletas, alistar el vehículo y conocer nuevos lugares, le hacía estallar de alegría.
Llegada la cena, Carlos, sus Padres, el Abuelo, su Hermano mayor y por supuesto Chiqui, se encontraban reunidos, disfrutando de la especial sobremesa. –Debemos comprar y vender algunas cosas antes de partir- decía su Padre, -pero les aseguro que será un viaje inolvidable- concluyó, mientras el joven aventurero soñaba despierto, recorriendo senderos y caminos, con la seguridad de tener reunida, como siempre, a su amada familia.
Néstor Alejandro Hernández Mijares (Nueva Esparta, Venezuela). I Concurso de Microrrelatos Bidtobid.